Durante la última década el país ha mostrado una clara tendencia al deterioro fiscal, que se agravó fuertemente entre 2019 y 2021, producto primero del estallido social, y luego por la pandemia. El gobierno recién elegido se inicia con la situación fiscal más débil desde el retorno a la democracia, y además con fuertes demandas sociales. Es un desafío importante, pero la situación esperada para 2022 es menos compleja que la de 2023.